domingo, 26 de abril de 2015

Por favor, solo te pido que le cuides bien, porque aunque parezca más fuerte que ninguno, se resquebraja. Y ya que estás, dale un beso de mi parte y dile que le deseo que tenga todo lo que a mi me falta desde que él se fue. Sé la primera en hacer todo lo necesario para que ría, porque tendrá malos días, muchos. No te extrañes si cada día le quieres más, porque lo raro no será quererle, lo raro sería no hacerlo. Porque te lo has ganado, si te mira y te sonríe, si se pasa la mano por el pelo frunciendo el ceño, si se da la vuelta una última vez para mirarte cuando os despedís. Te lo has ganado si sabes que él te ha ganado a ti, y te aseguro que cuando se gana a una persona, se la gana hasta el final.
Y tú, espero que estés bien, de verdad. Es lo único que me importa. Siento cagarla siempre, siento ser tan sincera y decirte todo esto, y pienso que a estas alturas mi sinceridad no es más que otro defecto que añadir a la lista porque no hago más que joderlo todo cuando tú sólo venías a intentar que esté bien. Simplemente no son unos buenos días, no sólo por ti, parece que todo son problemas; que salgo de uno y me meto en tres más y sinceramente no sé cómo salir. Noto constantemente esas ganas de llorar que antes no sentía porque al menos estabas tú para que las cosas fuesen un poco mejor y, justo cuando intentas acercarte un poco más a mí, doy dos pasos atrás. Porque sé que ya está, que se ha acabado. Soy consciente de que esto es lo que quieres, pero no sé qué hacer con esto que siento y con lo mucho que llego a quererte. Ojalá tuvieses todo ese amor que tengo por ti, conmigo. Ojalá. Y ojalá todo volviese a ser como antes, pero parece que la vida se basa en ojalás y que a los soñadores se les corta las alas y no pueden soñar con que algo como esto pueda salir bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario